Ricardo Arjona

Su música varía desde baladas a pop latino, rock, pop rock, música cubana, y, más recientemente incluye actuaciones a capella y una mezcla de música tejana y norteña, música afroamericana y latina. Ha vendido más de 80 millones de copias de discos a lo largo de su carrera. Es apodado como El trovador de América y es considerado uno de los artistas más exitosos de Iberoamérica. Conocido por su estilo lírico, Arjona con frecuencia aborda temas de amor y temas sociales como el racismo (la canción «Ella y él»), transexualidad («Que nadie vea»), el secuestro («La nena, bitácora de un secuestro»), la violación, la inmigración («Si el norte fuera el sur», «Mojado», «Puente»), el aborto («Con una estrella»), la religión («Jesús verbo no sustantivo»), la psicología («Ayúdame, Freud»), la prostitución («Marta», «Cita en el bar», «Niña de la noche», «Mujer de lujo», «Señorita»), la política («Si yo fuera», «Caudillo»), la menstruación («De vez en mes»), la justicia («Señor juez»), hechos contingentes como atentados terroristas o conspiraciones («Mesías», «Nadie sabe a dónde va») y la infidelidad («Historia de taxi», «El invisible»). Hasta 2011, Arjona había publicado trece álbumes de estudio, un álbum en directo, nueve recopilaciones y cuarenta y tres sencillos. Cuatro de sus álbumes alcanzaron la primera posición en el Billboard Top Latin Albums en los Estados Unidos y diez alcanzaron la primera posición en Argentina. Cuatro álbumes ingresaron en el Billboard 200. Cuatro sencillos alcanzaron la primera posición en el Billboard Top Latin Songs y siete sencillos alcanzaron el puesto número uno en Billboard Latin Pop Songs. Su obra le valió numerosos premios y galardones, incluyendo un Grammy, un Grammy Latino, un premio «herencia latina» así como premios de la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores, una antorcha de plata y de oro y dos gaviotas de plata del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar de 2010, dos premios de la Música Latina de 2010 y dos premios Orgullosamente Latino 2010. Es un gran admirador de poetas como Pablo Neruda y Gabriel García Márquez y cantautores como Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Charly García y Joaquín Sabina, a este último dedicándole una carta incluida en el álbum Solo, en el año 2008. Édgar Ricardo Arjona Morales nació el 19 de enero de 1964 en Jocotenango, Guatemala. Sus padres fueron Ricardo Arjona Moscoso y Nohemí («Mimi») Morales de Arjona; tiene dos hermanas, Ingrid y Verónica Arjona. Vivió la mayor parte de su infancia en la Ciudad de Guatemala, donde comenzó su formación musical. A los doce años, participó en el concurso Festival Infantil Juventud , el cual ganó con la canción «Gracias al mundo», una composición de su padre. Aunque comenzó la carrera de arquitectura e ingeniería, se graduó de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Asegura que estudió la carrera únicamente porque había quedado mal frente a sus padres tras haber renunciado por el baloncesto a una beca en una de las mejores universidades privadas de Guatemala. Sin embargo, a pesar de no haber ejercido nunca la carrera, sí despertó cierto interés en él. Arjona fue un talentoso baloncestista que jugó para Leones de Marte y para TRIAS. Como miembro del equipo nacional de Guatemala, realizó una gira por Centroamérica. Hasta hace poco, tenía el récord del jugador guatemalteco con más puntos (78) anotados en un solo encuentro de baloncesto. Antes de grabar su primer disco y mientras cursaba sus estudios universitarios, fue maestro de escuela al igual que su padre. Enseñó en la escuela el Mezquital y luego todos los grados en una escuela primaria llamada Santa Elena III, en la que daba clase tres horas donde estuvo cinco años. Su página autobiográfica señalaba que en el informe de un funcionario del Ministerio de Educación, enviado para evaluar a los alumnos, se mencionaba que el nivel de educación escolar de los alumnos de Arjona era superior al nivel promedio. Cuando tenía 7 años su padre le regaló su primera guitarra y le enseña a tocar. Empezó a escribir canciones entre los 12 y 13 años. Escribe su primera canción titulada «Esa es mi barca» casi forzadamente, a causa del remordimiento de haber participado dos veces en el Festival Infantil Juventud  (un festival de canciones inéditas) ganando en ambas ocasiones con canciones de su padre afirmando que eran de su autoría. Con esta canción vuelve a ganar por tercera vez el festival y salda una deuda consigo mismo. A finales de 1985 su pareja (en ese entonces), sin informarle de nada organiza una cita con una disquera (casa discográfica) de Guatemala que lo contrata y con la que graba su primer disco. Ricardo Arjona ha dicho en múltiples oportunidades que nunca quiso ser cantante. Arjona en su juventud Su madre en ciertos momentos le recomendaba que desistiera de la música, ya que por los tiempos en que vivían no era una buena idea tomar dicha profesión. Confesó que solamente por contradecir las palabras de su madre encontró su vocación. En 1988 parte de Guatemala hacia Argentina para participar en el Festival OTI y ya no vuelve a su país, cosa por lo que fue muy criticado. Se queda a vivir en Argentina por un tiempo, donde por cantar en el Piano Bar de un hotel le aseguraban habitación y desayuno, pasaba luego a cantar en otro bar cercano, además de hacerlo también en la calle Florida, donde la mayoría de los artistas callejeros de la zona presentaban su propia actuación. Abandona Argentina y regresa por poco tiempo a Guatemala, en 1989 decide partir a España, pero para poder llegar a su destino tenía que hacer una escala en el aeropuerto de la Ciudad de México, el cantautor prolongó tanto esta escala que México terminó convirtiéndose en su nueva casa. Se quedó a vivir un tiempo en un hotel del centro y un hotel pizza, asistía seguido a un bar de La Zona Rosa llamado «La Cucaracha», donde un día consiguió a un amigo que lo sacó de aquel hotel y lo hospedó por unos días en su departamento, al final lo terminó echando de este. En México consiguió citas con algunas disqueras, dos productores de distintas compañías le pidieron traer diez canciones en un mes para grabar un disco, cuando Arjona volvió con todo listo a los dos productores los habían despedido. En una de las citas, otro productor tras oír un par de sus canciones le dijo que se dedicara a otra cosa. Con la necesidad de pagar la renta empieza a escribir canciones para otros artistas, y aunque su canción «La mujer que no soñé jamas», para la telenovela Alcanzar una estrella en la voz de Eduardo Capetillo estuvo entre las primeras posiciones, Ricardo Arjona no obtuvo ningún tipo de ingresos por ello, sin embargo un ejecutivo de la televisión le propuso luego de escribir el tema de la novela un papel dentro de la misma, el cual aceptó sin pensarlo solamente para obtener algo de dinero y mintió diciendo que había estudiado teatro en su país y que tenía experiencia actuando en la televisión.

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